miércoles, 21 de marzo de 2012

¡NO SABES NI FREÍR UN HUEVO!



 Dani no comprendía. Cada vez que su padre decía esa frase, su madre ahogaba en sollozos el llanto. A él le encantaban los huevos fritos que ella les preparaba. Ella se apuntó a un curso de cocina en la asociación de amas de casa. Su padre estalló: ¡qué se había creído la señora, todo el día de pingoneo! Con el tiempo Dani aprendió a convivir entre discusiones, llantos y reproches. Terminó aborreciendo su plato favorito y también a su padre.

5 comentarios:

  1. La violencia doméstica no es solo física; también la psicológica atormenta almas.
    Excelente micro.
    Saludos.

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  2. La violencia doméstica no es solo física; también la psicológica atormenta almas.
    Excelente micro.
    Saludos.
    Juanito

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  3. Esa frase puede herir tanto como cualquier gesto de violencia. Muy bueno Pilar.
    Un abrazo
    Inés

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    Respuestas
    1. Tu lo has dicho a veces las palabras hieren más que los hechos.
      Un abrazo.

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