martes, 24 de abril de 2012

OCHENTA PALABRAS

Apretujadas, como queriendo pedir permiso, una tras otra se amontonaban. Habían sido elegidas entre miles de participantes. Por un riguroso orden de selección y atendiendo a su composición, significado y sonoridad, cien habían sido las elegidas. Un selecto y entendido jurado en la materia, daría el veredicto final junto con los votos del público, para elegir a las ochenta más brillantes, que serían las definitivas finalistas. Otras dos tendrían una mención especial y el privilegio de encabezar el codiciado título.






10 comentarios:

  1. Orgullosas todas ellas de su autora, que tan buen uso les había dado. Un saludo.

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  2. menuda tarea la del jurado. No podría elegir entre ellas, cada una tiene su sitio de honor en el lugar y tiempo indicado

    un beso

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    1. Cuando escribes cuesta trabajo elegir las palabras adecuadas. Hay veces que algunas se resisten a salir del escrio para ser sustituídas por sinónimos más adecuados. Parace ser que todas quisieran ser protagonistas. Un abrazo Laura.

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  3. Pilar, el sentido de los concursos queda al descubierto con este micro, que los deja en pañales. Muchas veces, nos afanamos en participar en convocatorias que no nos hacen disfrutar de la escritura, que es lo más importante. Cuando eso sucede... mejor dejarlo estar.

    Me gustó.

    Abrazos.

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    1. Me ha pasado justo lo que comentas. Al escribir para un concurso las pretensiones ocupan el lugar que debería ocupar la creatividad. Un abrazo Nicolás.

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    2. A mí también me ha sucedido :(.
      El consejo Nº 10 del "Decálogo del perfecto cuentista" de Horacio Quiroga me ha ayudado mucho sobre el particular; intento seguirlo siempre, aunque me cueste.
      Dice: "No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida del cuento.". Un genio Quiroga.
      Saludos.

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  4. El número limita mucho. Y hasta el objetivo de tu hipotético concurso. Ochenta palabras brillantes..¿en qué sentido?, y por qué no cien, o tres, o mil ?.

    Me ha gustado mucho. En cuatro palabras.

    Un abrazo.

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    1. Gracias Albada. Es verdad que el número limita pero también da paso al juego y al ingenio de ajustar las palabras exactas. Un abrazo.

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  5. ¡Genial micro!
    Venía la suma de palabras regalándonos fabulosas metáforas sobre el arte de escribir, cuando se transformaron en un final prodigioso e inesperado: la última oración es fantástica.
    ¡Felicitaciones!
    Saludos.

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