Soñadoras de días templados revoloteaban en las apacibles tardes de olor a lilas y geranios. Engalanaban sus moradas entre las balconadas arrogantes y los alféizares sigilosos. Caprichosas se tornaban testigos fugaces de susurros amorosos. Acudían juguetonas a la cristalina fuente donde acariciaban alertas el transparente frescor del agua y dibujaban un sinfín de acrobacias sobre el lienzo luminoso. Así recuerdo las primaveras de mi infancia. Ahora, ajado por el sigilo inescrutable de los otoños, no presiento sino cuervos al acecho.
sábado, 26 de abril de 2014
DE GOLONDRINAS A CUERVOS
Soñadoras de días templados revoloteaban en las apacibles tardes de olor a lilas y geranios. Engalanaban sus moradas entre las balconadas arrogantes y los alféizares sigilosos. Caprichosas se tornaban testigos fugaces de susurros amorosos. Acudían juguetonas a la cristalina fuente donde acariciaban alertas el transparente frescor del agua y dibujaban un sinfín de acrobacias sobre el lienzo luminoso. Así recuerdo las primaveras de mi infancia. Ahora, ajado por el sigilo inescrutable de los otoños, no presiento sino cuervos al acecho.
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No hay peor cosa que saber cual es el fin ineludible, me ha estremecido fijate!. Me gusta como siempre. Un abrazo !
ResponderEliminarPilar, un microrrelato muy poético, que sabe jugar con las edades y las estaciones del año.
ResponderEliminarMe gustó.
Abrazos.
Bonita simbología de las etapas de la vida. la primavera en tu relato está cargada de bellas y vivaces sensaciones como en la vida misma. Me ha gustado mucho, incluso ese giro final que rompe la magia de los sueños primaverales.
ResponderEliminarUn beso, Pilar !!!
A través de las aves, paseas por la vida. Me encanta el ritmo de tu micro. Está acompasado con los latidos.
ResponderEliminarUn abrazo
Las estaciones, a ritmo del vuelo de los pájaros, un paseo poético por nuestra realidad.
ResponderEliminarUn abrazo.