Con el hipnotizador e insinuante balanceo del péndulo y como si de un mágico laberinto se tratara, un sin fin de enrevesadas escaleras de colores me trasladan las tardes de lunes al fascinante encuentro. Tras el ojo de la puerta, la dulce maestría del hada que nos guía, gira la llave secreta de la ardua senda de la creatividad. Con su varita mágica dibuja seductoras ideas de cientos de tonalidades. Como si de un milagro se tratara fluyen traviesos juegos de palabras que brotan en las blancas hojas del sentir de cada uno. Me llevo a casa la madeja enredada en una maraña de ilusiones desordenadas. Con paciencia y asombro indago en el prodigioso pozo de las experiencias. Trato de alentar el espíritu y la conciencia con los sentimientos adormecidos. Despacio brotan imágenes difusas, aparentemente sin sentido. Y cuando menos lo espero, ante mi asombro, se concede el deseo: poco a poco, sin pretensiones, noto como voy tejiendo los finos hilos de la mullida y revoltosa imaginación.
jueves, 14 de junio de 2012
EL CUENTO QUE NO ESCRIBÍ
Con el hipnotizador e insinuante balanceo del péndulo y como si de un mágico laberinto se tratara, un sin fin de enrevesadas escaleras de colores me trasladan las tardes de lunes al fascinante encuentro. Tras el ojo de la puerta, la dulce maestría del hada que nos guía, gira la llave secreta de la ardua senda de la creatividad. Con su varita mágica dibuja seductoras ideas de cientos de tonalidades. Como si de un milagro se tratara fluyen traviesos juegos de palabras que brotan en las blancas hojas del sentir de cada uno. Me llevo a casa la madeja enredada en una maraña de ilusiones desordenadas. Con paciencia y asombro indago en el prodigioso pozo de las experiencias. Trato de alentar el espíritu y la conciencia con los sentimientos adormecidos. Despacio brotan imágenes difusas, aparentemente sin sentido. Y cuando menos lo espero, ante mi asombro, se concede el deseo: poco a poco, sin pretensiones, noto como voy tejiendo los finos hilos de la mullida y revoltosa imaginación.
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Pilar, el encuentro con otros escritores en un mismo espacio dirigido con un profesor es único y capaz de extraer de uno historias que ni siquiera conocía. Porque he identificado, o así creo, que el relato empieza en un taller de escritura, gran oasis para la creación, tan difícil de potenciar en soledad. Yo suelo escribir muchas veces sin pensar, y es un ejercicio excepcional, luego quizás no salga nada, pero lo que se escribe es autentico y de uno, y a veces salen a relucir verdaderas joyas.
ResponderEliminarMe gustó este relato de iniciación, y sobre todo, a escribir.
Abrazos.
Justo has dado en el clavo. Es un curso de escritura creativa que ha llegado a su fin y he tratado de expresar mi experiencia. El relacionarte con otras personas en un ámbito común hace aflorar la semillita dormida que tal vez necesitaba riego y estimulación.
EliminarMuchas gracias Nicolás por tu comentario!
Es un tejer, con palabras, una pieza con la que arropar nuestros sueños. Un abrazo.
ResponderEliminarQué nunca nos falten, ni las palabras ni los sueños.
EliminarGracias Alfred!
Abrazos!
Fantástica metáfora para describir el proceso creativo, Pilar.
ResponderEliminarUn abrazo,
Gracias Pedro! Proceso creativo en el que cuenta mucho la inventiva, los sentimientos y las experiencias.
EliminarUn fuerte abrazo!
Un texto de recrear la creación. Me ha gustado mucho Pilar.
ResponderEliminarSe aprende a escribir, desde dentro. Y esa es la gran riqueza del proceso.
Un abrazo
Gracias Albada. Dentro es donde se concentran los sentimientos que a veces dejamos escapar a través de la palabra escrita.
EliminarHermosa manera de describir el proceso creativo, y como poder apresar las ideas que nos rondan por dentro.
ResponderEliminarBesitos
Gracias Elysa.
EliminarBesos!